GLORIA FUERTES - LA POESÍA COMO ABRAZO


 

LA POESIA COMO ABRAZO

GLORIA FUERTES

(Madrid, 28 de Julio 1917 -Madrid, 27 Noviembre 1998)

Ilustración: Yovani Boza.



 

La poesía no debe ser un arma, debe ser un abrazo, nos dice la poeta Gloria Fuertes, acaso como guiño al célebre poema del que fuera su buen amigo, Gabriel Celaya, cuando dice que la Poesía es un arma cargada de futuro.

Muy amiga también de los poetas José Hierro, Carlos Edmundo de Ory y los postistas…del arcense Julio Mariscal y Antonio Gala con los que funda la prestigiosa Revista Arquero de Poesía que ella misma dirige durante varios años.

Mucho más que un referente de la poesía infantil, como se la ha querido encasillar, nos recuerda Ismael Peña, músico y amigo íntimo de Gloria, una amistad que duró hasta el fin de su vida y quien heredó de ella todos sus objetos y pertenencias: Su máquina de escribir, sus ropas, y sus enseres, su colección de corbatas entre otros muchos objetos que la definía. Vivía sin grandes lujos. Su dinero, -más de cien millones de pesetas- lo dejó en herencia a la Asociación benéfica: La Ciudad de los niños.

Poeta de pecho en verso, o poeta de guardia, -como así reza en su epitafio- y como alguien dijo, la más conocida y desconocida poeta de su generación, cumple ahora veinticinco años de su fallecimiento.

No había otra como ella, me seguía comentando Ismael justo cuando se acababa de clausurar con enorme éxito una exposición titulada Gloria Fuertes de Cerca, en una localidad muy próxima a Madrid.  Era una niña grande con una inteligencia asombrosa, conectaba con el público de todas las edades.

Ellos dos se conocieron en los años cincuenta en los ambientes literarios de esa España en blanca y negra de posguerra. Ismael musicó algunos de sus poemas antibélicos, alcanzando una gran popularidad en esa época temas que muchos recordarán como: /Dónde vas carpintero/ tan de mañana/ yo me marcho a la guerra para pararla/

Conquistar, como ella hizo, los corazones de miles de niños y niñas que hoy, ya personas mayores la seguimos recordando con verdadera emoción, no hubiera sido posible, sin ese fondo de autenticidad y verdad que tiene la figura y la obra, por otra parte, nada ingenua, de la poeta madrileña.

 

Es significativo saber que ya en los años cincuenta su amor por los niños, la lleva a organizar la primera biblioteca infantil ambulante por pequeños pueblos deprimidos donde también recitaba sus propios poemas.

 

Pero no sólo fue la poeta de los niños que todos conocimos por televisión en la década de los setenta u ochenta a través de los míticos programas infantiles: Un globo dos globos, tres globos, o la Cometa azul. 

Mucho antes, en 1951, en una época donde estaba mal visto que  las mujeres asistieran a las tertulias poéticas que se celebraban en  Madrid,  funda  e impulsa, junto a Adelaida Lasanta y María Dolores de Pablo con enorme éxito de público femenino, la tertulia literaria Versos con faldas.

Además de ser directora durante un tiempo de la Revista Arquero de poesía -como ya antes mencionara- colabora, entre otras, en las revistas Postismo y Cervatana, publica numerosos libros, obtiene premios y distinciones e incluso recibe una beca para dar clases en una universidad de Estados Unidos. Todo un reto para una niña autodidacta nacida en el barrio humilde de Lavapiés y que, con trece años entró a trabajar en la tristeza, pero que ya sabía que Dios está en las flores y en los granos, en los pájaros y en las llagas.  

Su valor humano y artístico fue destacado por Damaso Alonso. Una poesía adscrita a las vanguardias, -porque Gloria era muy moderna en todo- irónica, tierna, reflexiva, disparatada a veces, feminista, antibélica -porque la Guerra, dice, la hizo pacifista. No obstante, fue nombrada Dama de la Paz y socia de honor de Unicef, entre otras merecidas distinciones.

Rebelde, sin disfraz. Sus versos, no dejan a nadie indiferente. A través del humor y el juego de palabras, de lo cotidiano y coloquial  nos invita a adentrarnos y descubrir nuevos territorios recónditos de nuestra propia conciencia.

Y es que a través de lo simple está lo complejo, y con él, ese conocimiento intuitivo que diría María Zambrano en el que se impregna toda poesía verdadera…

Una poesía como un abrazo, y como todo abrazo, una poesía con efectos terapéuticos. Porque Gloria era única, y su secreto era ser ella misma. Su capacidad desde lo sencillo y diario de escribir y alcanzar lo sublime.

Se ha ocupado de todos los niños y es capaz de aniñarnos a todos los hombres. -nos dice Francisco Nieva- Pero si nos detenemos en su poesía, su secreto nos lo desvela ella misma;

Sólo con amor se puede hacer un poema, solo con amor se puede hacer un milagro.

Y ahora, sumergida en sus obras completas, me doy cuenta, entre otras muchas cosas, de que la poesía de Gloria es un cálido y afectuoso abrazo. El abrazo de una niña grande, estrafalaria, rebelde y tierna, donde lo humano y lo divino te rodea para brindarte un lugar seguro. Un lugar donde reír y llorar, un lugar donde sentir, pero también un lugar donde pensar y soñar. 

Publicado en la Revista de Poesía "Enverso" del Ateneo de Jerez                           

 Isabel de Rueda




 



Comentarios

Entradas populares