DE LA BOHEMÍA -de Manuel Saborido Pastor
DE LA BOHEMIA
Es una alegría estar aquí celebrando esta Emoción Poética que supone siempre el nacimiento de un Nuevo libro. Aún más si ese libro es de Poesía.
Un libro, del Poeta y amigo; Manuel
Saborido Pastor, cuyo título: De la
Bohemia nos retrae a un espacio y a un tiempo donde soñar, idealizar, mitificar, donde -nos
dice el Poeta- beber el vino de la amistad eterna, aún es posible.
Un libro que es mucho más que un
guiño al decadentismo como manifestación artística de ese ideal de poetas
bohemios, malditos e incorruptibles, que Manuel alude, abierta o indirectamente,
como Emilio Carrere, Antonio Espina, o Alejandro Sawa, -Max Estrella en esas
Luces de Bohemíi, de Valle Inclán- bohemio entre los bohemios que hicieron del
arte su única religión y de la libertad su única bandera.
Manuel se abraza a la bohemia con
palabras nuevas, -nos dice en
el prólogo, con enorme acierto, la poeta melillense Josela Maturana- Con palabras nuevas se
abraza a esa bohemia que fue y que es mucho más que un adorno, un artificio,
una exaltación.
De ese modo, -continua Josela- el Yo
poético se posiciona frente a la mediocridad, las inútiles y afiladas pugnas,
la falta de verdad que todo lo muta ensuciándolo.
Un libro circular, que se estructura en un solo y único
bloque y en el que Manuel, a través de
un lenguaje altamente simbólico, rico en matices y belleza plástica, explora, y se introduce en esos otros temas universales
donde el poeta nunca sale ileso. Así
temas como la vuelta a la infancia, la soledad, el paso del tiempo, el amor y
la muerte, pero también la amistad y la poesía; el hecho poético como objeto de
reflexión. La Poesía como fondo de todo para entenderse y entender el mundo.
La mirada al presente a través del pasado, en ese juego de luces y sombras, que es la vida. Esas luces y esas sombras que a menudo aparece en mucho de los poemas de este libro. Así como sucede a través de esa imagen tan visual de esa ropa limpia tendida en el corral, sobre los jaramagos que intentaban besarla/ A veces una rata, incluso, se atrevía/ a mirarme de frente. / -dice el poema.
El pasado y el presente. La memoria,
ese ejercicio íntimo, de introspección, la Soledad que, como un asiento vacío /es
la suave caricia de un poema/ que no tiene lector./
A veces, la entrañable figura del
padre y sus consejos dan pie a la reflexión, como en el poema, Mirando los Geranios.
Subir …donde nadie te pueda
lastimar…mientras más alto subas mejor podrás vivir… pero que relativa es la
altura abisal/ de tan grande montaña,/
Y así en uno y en otro verso, en uno
y otro poema como una canción de ginebra y sal… /pero sin comulgar en los
altares/ de los sacros poderes que nos rigen,/ el poeta jerezano dialoga y se desnuda de una
y otra forma en este libro.
Y es que, Manuel Saborido Pastor es
ante todo un poeta de vocación y de fuerza telúrica. Como el poeta de Orihuela,
su elemento es el fuego, y como Miguel Hernández siente que la poesía es un
grito disidente, una resistencia que defiende las palabras que nos sostienen.
Porque el fuego, purifica como un
verso lorquiano,/ -nos dice en un poema- sus alas baten miedos
infinitos/
Un poeta intuitivo que sabe que a
la musa le gusta el ritmo de lo onírico,
el mundo de los sueños, lo subjetivo, el inconsciente. El uso del verso
blanco, en la mayoría de los poemas de este libro, -alejandrinos y
endecasílabos- conforma junto a otras formas más tradicionales, que Manuel sabe
manejar a la perfección y que las hace nueva, como es el soneto o la décima
espinela. Imágenes a veces atrevidas, donde la metáfora, el juego de palabras, la
ironía.
Para quien no conozca a Manuel, decir que De la
Bohemia es el séptimo libro de poesía que este poeta jerezano tiene
publicado. Un poeta con ya una amplia y fructífera trayectoria. Títulos tan
poéticos sugerentes como: Confesiones desde el laberinto, Voces de arena, La
luz que me ocupa, Un edificio sobre el mar, Terra Sum, El baile de los Gnomos.
Libros y poemas Por los que ha obtenido diferentes
premios y distinciones de poesía. Parte de su obra ha sido publicada en diferentes
Antologías y Revistas especializada. Como la revista Ámbito en Málaga, -de la
que fuera miembro fundador- el Síndrome Felino, el Quicio. En la actualidad
forma parte del consejo de redacción, de la revista de poesía Enverso del Ateneo de Jerez.
Conozco a Manuel desde hace muchos, bastantes años en la
poesía. Los dos amantes y no adeptos, como decía Lorca, refiriéndose a
la poesía, los dos autodidactas.
Hemos compartido tertulias, revistas, amigos, -algunos
que lamentablemente ya no están con nosotros- como el poeta Domingo
F.Faílde, al que Manuel dedica un
emotivo y hermoso poema en este libro.
No sólo hemos compartido tertulias, revistas, amigos… también
la vida nos ha llevado a compartir ilusiones, lugares, paisajes, risas,
llantos… Momentos de convivencia, únicos e inolvidables.
Como cuando, entre otras muchos cosas, estuvimos con
un grupo de amigos y poetas en Marruecos
o cuando por sorpresa, fuimos los invitados a las II jornadas mistralianas en
Chile. -por citar algo-
Desde que lo conocí por primera vez y le miré a los
ojos, ya supe que la absenta embriagadora de la poesía estaba instalada en su
sangre. Adicto a ese misterio que envuelve a la palabra. Y la prueba es este
libro De la bohemia. Esa bohemia que además de ser hermana del amor es
una forma de ser y estar en el mundo.
Isabel de Rueda
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