UN POEMA DEL POETA MAURICIO GIL CANO
ALGO COTIDIANO
Morir se ha convertido en algo cotidiano.
Parece que a partir de cierta edad es lógico.
Sucumben los amigos, los artistas.
Se mueren, nos morimos. -Vamos quedando menos
y hay que quererse más -dice un borracho.
En la embriaguez hablamos de nuestro amigo muerto.
Cada cual nombra el suyo, su muerto más querido,
el más inesperado. Y chocamos las copas,
sedientos de un festín al que no alcanzaremos.
Pero hoy estamos ebrios en la noche
y mañana quizás ya falte alguno.
Todo es precario. Bebe
para olvidar que pronto moriremos,
que es un día la vida y la esperanza
es otro trago para seguir la borrachera.
Para resucitar momentos del pasado
y atrapar los más célebres instantes,
aquellos que se escapan y nunca volverán.
Para homenajear a muertos increíbles
y a vivos que sospechan que quizás fallecimos
y somos los actores de un teatro de sombras.
Bebámonos la vida como nos bebe el tiempo.
Del libro: Declaración de un vencido
Comentarios
Publicar un comentario