UN POEMA DEL POETA MAURICIO GIL CANO





ALGO COTIDIANO

Morir se ha convertido en algo cotidiano.

Parece que a partir de cierta edad es lógico.

Sucumben los amigos, los artistas.

Se mueren, nos morimos. -Vamos quedando menos

y hay que quererse más -dice un borracho.

En la embriaguez hablamos de nuestro amigo muerto.

Cada cual nombra el suyo, su muerto más querido,

el más inesperado. Y chocamos las copas,

sedientos de un festín al que no alcanzaremos. 

Pero hoy estamos ebrios en la noche

y mañana quizás ya falte alguno.

Todo es precario. Bebe

para olvidar que pronto moriremos,

que es un día la vida y la esperanza

es otro trago para seguir la borrachera.

Para resucitar momentos del pasado

y atrapar los más célebres instantes,

aquellos que se escapan y nunca volverán. 

Para homenajear a muertos increíbles 

y a vivos que sospechan que quizás fallecimos

y somos los actores de un teatro de sombras.

Bebámonos la vida como nos bebe el tiempo. 


Del libro: Declaración de un vencido


Poeta, narrador y crítico literario. Ha publicado libros como:  El cuentista que decía la verdad  (ensayo), Cuentos con alcohol, (narrativa)  y poemarios como 19 sonetos y un canto a Venecia, A dos poetas suicidas, Declaración de un vencido, Callar a tiempo, En la noche del mundo.
Licenciado e Geografía e Historia (Historia de América) Gestor cultural, promotor del Certamen Internacional de Microrrelatos Cardenal Mendoza y de talleres de escritura creativa, actualmente en la Fundación Caballero Bonald. Fue redactor de el Periódico del Guadalete, donde coordinó el cuaderno de cultura Azul, columnista del ABC y director de EH Editores entre otras cosas.






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